Este matarife humano, Nerón del siglo XXI ahora tendrá su merecido castigo. Es indudable que no podía salir impune de la tragedia que ÉL contribuyó a elaborar.
Volvamos: aquel 30 de diciembre de 2004, los insoportables malos músicos de Callejeros iban a dar un recital en el boliche Cromañón. Por lo que me contaban algunos jóvenes compañeros de la facultad (casi mis hijos, vea usted), eran la gran revelación del rock argentino. Me prestaron gentilmente un disco que jamás pude terminar de escuchar...
-Tomá nene, si esto es la revelación, qué queda para los otros ¿tan horrible es el rock nuevo?-
-Eh, señor, no los va a comparar con Almendra o Manal tampoco!-
Me contaron del particular ritual de cada recital: prender bengalas, bombas de humo, fuegos artificiales en medio de la gente poniendo en peligro la integridad física de cualquiera. Y que este pendejo alentaba a estas irresponsabilidades, que se enloquecía de ver el fuego.
Como un pirómano...
Amaba ver el fuego, el humo, pedía más y más fuego...
Esa noche, Omar Chabán, pidió a los muchachos que no hagan locuras, que nada de bengalas.
-Nos chupa un huevo, los pibes entran con las bengalas igual-
-Bueno, yo me lavo las manos, ya les avisé, si hay bardo háganse cargo-
-¿y qué si quemamos todo? no puedo vivir sin fuego-
Y pasó lo que pasó.
Debemos convenir que los seguidores de esta mierda eran casi en su totalidad drogadictos, borrachos, delincuentes. De la peor lacra de la juventud argentina. Porque con la perspectiva que dan los hechos ¿a quién se le ocurre tirar bombas en un recinto cerrado? ¿qué puede pasar si todos empezaron a gritar "vamo' que quemamo' todo" en vez de hacer apagar las bengalas? ¿a qué descerebrada se le ocurre dejar a su hijo en el baño, usado como guardería? ¿y a qué hijo de puta se le ocurre pedirle a los chicos que prendan las bengalas igual, que no pasa nada?
Todo un cúmulo de barrabasadas en las que NADA TUVO QUE VER ANIBAL IBARRA, ni ninguno de sus funcionarios. Los mismos Callejeros fueron los que vendieron entradas de más, los mismos que jugaron con fuego y se quemaron, encima le destruyeron el negocio a Chabán.
Los mismos chicos son culpables por la cultura del reviente y el descontrol, por las drogas y el alcohol, por creerse vivos y ser flor de pelotudos QUE SE BUSCARON SU PROPIA MUERTE. Sí señores, ellos mismos se mataron. No entiendo a los padres que piden justicia ¿justicia de qué? Ibarra no tuvo nada que ver, si esos padres hubieran educado a sus hijos de la manera que corresponde no hubieran muerto ahí. En realidad les pesa la conciencia por su fracaso como padres, si tu hijo te sale drogón, fallaste en algo ¡inútil!
Señor padre, fíjese qué clase de música y amistades tienen sus hijos, dónde anda y qué hace. Si usted lo alienta al libertinaje, pasan cosas como estas.
En cuanto a vos, Patricio Fontanet, horrendo cantante, pésimo escritor, enfermo mental, pirómano como tu amigo Vázquez que quemó a Wanda (qué casualidad ¿no? por eso los acuso de pirómanos), e inmoral que hace dinero con esa trágica noche... PUDRITE EN LA CARCEL, Y QUE TE PRENDAN FUEGO A VOS A VER SI TE GUSTA.
HACETE CARGO DE ARRASTRAR A LA MUERTE A TANTA GENTE, Y QUE NUNCA MÁS SE PRONUNCIE TU NOMBRE NI SE ESCUCHE TU MÚSICA.
Causa epilepsia oir a Callejeros.
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