SEBASTIÁN EDUARDO CRISMANICH: GLORIA AL DEPORTE ARGENTINO

Bien, en esta ocasión este filósofo, agudo observador de la realidad nacional, no va a despotricar contra la impresentable dirigencia política. Debería, ya que tratándose de olimpismo, ha quedado al desnudo la vacilante política deportiva de este desgobierno pseudo autoritario. En estos 9 años de opresión, con los fondos utilizados para en olimpismo, la cosecha es burlesca. Encima la mayoría de las medallas han provenido o de los superprofesionales (y cada vez menos patriotas) futbolistas, los tenistas (que no necesitan apoyo estatal alguno) o las ahora populares chicas del hockey; casi ninguna de los ilustres desconocidos como el chico Germán Lauro, por caso.

Lo de hoy me ha llenado de orgullo nacional: ver a este joven correntino representando tan dignamente a nuestra bandera y como corolario, campeón olímpico en una especialidad bastante más popular de lo que uno supone en nuestro país, me halaga. Presentarse al país de esta manera, logrando la seguramente única medalla de oro en Londres 2012, llorando mientras atronaba el himno en el tatami, es grandioso.

Por eso este filósofo se pone de pie y aplaude fervorosamente a Sebastián Eduardo Crismanich; así, con todas las letras su nombre.

¡¡VIVA LA PATRIA, CARAJO!!!

Desde 1948 no había una medalla de oro individual.
Como para que aprendan Georgina Bardach, Jennifer Dahlgreen, Daniel Melián y Gisela Dulko puntualmente.